Introducción
En el siglo XIX la clientela tradicional de los artistas
cambia. Desaparecen como clientes la nobleza, que requería el arte como muestra
de refinamiento y riqueza, y la Iglesia, que pedía un arte de masas que moviera
el sentimiento. La Iglesia y la nobleza han sido substituidos por los dos
nuevos poderes: la alta burguesía y el estado. Esto condicionará los temas y la
forma, así como el tamaño de los cuadros, que se adaptan a los gustos y
necesidades de la burguesía.
Surgen las academias: instituciones estatales para controlar
el arte y la cultura. El arte pasa al servicio del estado.
Aparece un nuevo mercado del arte, dominado por los marchands
o mercaderes de arte.
Otra figura emerge: el crítico de arte, que aconseja a los
burgueses ricos e ignorantes en cuestiones de estética. El crítico aconseja qué
comprar: el arte cae en manos de los expertos.
Las exposiciones universales alientan un arte que agrada a
los burgueses, los estilos se uniformizan.
El concepto de pintura
Para los hombres del s. XIX el neoclasicismo era la pintura
del buen gusto y la única que tenía valor. Pero la tradición barroca y el
pintoresquismo británico, con su amor a la naturaleza, harían surgir nuevos
estilos que también harían fortuna. Los románticos triunfaron por saber
provocar sentimientos y emociones con su pintura llena de vida y actualidad.
Sin embargo, oficialmente, el arte “válido” era el neoclásico.
El neoclasicismo
Se desarrolló en Francia sobre todo, con pintores como
David, Gros e Ingres. La composición es muy visible, al modo de un relieve
histórico. Los colores son fríos. La luz es violenta y resalta los planos con
claroscuros que recuerdan a Caravaggio. Los temas a menudo son mitológicos con
un trasfondo de actualidad. Contienen un mensaje político. David es el gran
representante de este estilo.
Las academias producen una pintura educativa y moralizante. Autores
como Reynolds, de la Academia inglesa, fomentan el “buen gusto” y la sencillez,
un retorno a la armonía y el equilibrio clásicos.
Winckelmann es el primer sistematizador del arte y se
considera padre del neoclasicismo.
Jean Louis David
David entiende una función ética de la pintura. Vivió en
Roma y regresó a París poco antes de la Revolución Francesa. Sus obras son
emblemáticas del estilo neoclásico y heroico, con un mensaje político actual:
defiende los objetivos de la Revolución Francesa.
La jura de los Horacios transmite un mensaje
revolucionario: defender la patria. Adopta los claroscuros de Caravaggio y toda
su composición se inspira en los relieves clásicos.
El rapto de las sabinas es un alegato contra la
violencia revolucionaria y a favor de la reconciliación. Los romanos
representan a los nobles; las sabinas, el pueblo. Los sabinos son los
revolucionarios. Se aprecia un dibujo preciso, donde las sombras y las luces
definen las líneas. Las figuras son vistas como en un relieve, la anatomía es
muy cuidada: parecen estatuas clásicas.
La muerte de Marat. En la bañera asesinado: el amigo del pueblo vence el dolor para servir a su gente. El cajón de madera transmite la idea de pobreza: es un líder incorruptible. Los papeles son cheques y peticiones del pueblo que Marat atendía. La pluma contrasta con el cuchillo asesino. No hay idealización. La escena está en un primer plano y el fondo es oscuro, vacío, no tiene importancia. De nuevo vemos la inspiración en Caravaggio (Descendimiento).
West
Este pintor innova al introducir temas actuales y personajes
del momento en sus pinturas, como La muerte del coronel Wolf.
Los paisajistas ingleses
Inspirados en los holandeses del siglo XVIII, son grandes
pintores de paisajes. Su obra es ideal para la arquitectura palladiana, inmersa
en bosques y jardines que imitan la naturaleza en estado salvaje. A base de
manchas de colores y pinceladas muy sueltas, pretenden transmitir sentimientos
a través de la visión del paisaje: son pintoresquistas. Los pintores de esta
época comienzan a usar, además del óleo, la acuarela.
Constable
De la impresión a la imagen
Es el pintor rural de paisajes idílicos, precursor del
impresionismo. Estudioso de los efectos de la luz sobre los objetos, pinta a
base de manchas de color estampadas en el lienzo con la paleta, no con pincel.
El observador reconoce el paisaje al recibir la impresión final. A veces,
modifica el paisaje para acentuar una determinada impresión.
Turner
De la imagen al sentimiento
Al contrario que Constable, pintó a base de pinceladas muy
sueltas y diluidas. Crea espacios y ambientes que impresionan a los
espectadores y producen una sensación y un sentimiento. En su madurez, pinta
con una técnica muy suelta y transparente. Sus paisajes son borrosos y apenas
tienen formas, más bien son sensaciones o impresiones: La tempestad, Salida
del sol. Capta con especial interés fenómenos atmosféricos, que expresa
jugando con la luz.
El romanticismo
Parte del Barroco y, como en tal, las pinturas poseen una
composición complicada, a base de diagonales contrapuestas o curvas espiradas.
Los colores son cálidos y violentos. La luz puede ser como en Caravaggio,
directa y enfocada, o bien clara y difusa. Hay un gran realismo, se pinta con
pincelada suelta y rápida.
Géricault
Inicia el realismo como un contraste entre el ideal y la
realidad. En su obra La balsa de la Medusa expresa una humanidad
derrotada en medio de la naturaleza hostil: la muerte acecha al hombre.
En esta obra combina el orden y el caos compositivo. La
influencia barroca de Caravaggio y Miguel Ángel se hace patente (véase el
Juicio Final). Hay movimiento, se captura la instantánea. Es un cuadro muy
estudiado: el mar y sus movimientos, los cadáveres, los rostros enloquecidos...
Hay en ella una simbología que recoge el malestar político de Francia, en
protesta contra la monarquía de Luis Felipe. Fomenta el descontento y transmite
emociones fuertes. Ciertos detalles desagradables aumentan el patetismo de la
escena. Aquí los sentimientos importan más que la objetividad; el clasicismo se
ve alterado.
Delacroix
Rebelde antiburgués, expresa un mensaje político: el ansia
de libertad que se ve realizada con la independencia nacional. Su pintura
pretende impactar al público. Abandonando la influencia de Caravaggio, se
inspira en Géricault pero prefiere seguir la huella del barroco exuberante de
Rubens y el dramatismo de Van Dyck. Sus cuadros muestran composiciones
intrincadas, colores vivos y cálidos, formas abigarradas, movimiento y
expresividad.
La libertad guiando al pueblo es su obra más
conocida. El tema es la revolución de 1830. La composición es piramidal y se
muestra desorden en primer plano. La mujer es una alegoría de la libertad, pero
el resto de personajes son muy reales: representan las diferentes clases
sociales. El color se aplica en manchas, el dibujo menos preciso. Lo más
destacado es el movimiento. En esta obra Delacroix rompe las normas neoclásicas
para expresar la idea de libertad y los sentimientos asociados.
Otras obras como La matanza de Scio y Guerreros
luchando expresan un mensaje político: el romanticismo y la libertad de las
naciones.
El realismo
Gustave Courbet
El entierro de Ornans. Rechazado en la Exposición de
París de 1865, porque “era feo”. Es un tema poco heroico, usa colores fúnebres
y pinta un paisaje desolado. Courbet pinta lo que ve, la impresión visual,
fijándose en las texturas materiales. Montará el llamado Pabellón del Realismo.
El estudio. Es un manifiesto del realismo. El mismo
autor se pinta pintando un paisaje no del natural, como los románticos. Con él
están el perro, el niño, la modelo. Hay grupos de gente en el estudio y amigos
a su lado; gente de afuera en el otro. Courbet pinta un mundo sensible y
exterior.
Corot
Su pintura expresa la armonía del hombre con la naturaleza.
El sentimiento que inspira conduce al conocimiento. De esta manera, la
naturaleza, el paisaje, se convierten en motivos de sus cuadros, donde se crea
un espacio natural que forma un todo unitario. No hay elementos protagonistas:
todo lo es.
La escuela de Barbizon
Un grupo de pintores se retiran al pueblo de Barbizon para
conocer la naturaleza y pintarla. Rechazan la vida urbana y burguesa. En ellos
es patente la influencia de Constable: la mancha y la impresión plasman un
objeto reconocible.
Rousseau
Transmite los sentimientos que le inspira la naturaleza. No
la contempla, vive inmerso en ella y se relaciona con ella.
Millet
Pinta la vida rural y ensalza al trabajador agrícola como
héroe social. El paisaje envuelve al hombre y se funde con él. En su obra Las
espigadoras ofrece un tema y tratamiento realista, entroncando con la
tradición barroca holandesa.
Daumier
Grabador y caricaturista, ilustrador de prensa, su pintura
es como sus grabados y dibujos: a grandes rasgos, rápidos y expresivos. Su obra
quiere comunicarse con las masas e influir sobre su voluntad. Quiere promover
la acción social, la lucha (La Huelga). Culmina así el romanticismo de Delacroix.
Daumier pinta una realidad no idílica, y deriva hacia el
expresionismo en su obra Ecce Homo, inspirada en Goya. Lo feo puede ser
artístico.
Con estos artistas, podemos decir que llega el fin del
realismo pictórico. La representación de la realidad ha llegado a su límite
hace dos siglos. El realismo está agotado.
Aparecerá la fotografía para retratar la realidad; el arte
deberá buscar nuevas formas expresivas.
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