Ir al contenido principal

El Renacimiento: el Quattrocento

 Trasfondo histórico

El Renacimiento se puede definir como un movimiento cultural hacia el mundo clásico, nacido en Italia.

En el siglo XV finaliza la Edad Media: las ciudades italianas florecen con la artesanía y el comercio. La riqueza propicia un movimiento de autonomía respecto de la Iglesia. 

Los ricos propietarios y banqueros como los Medici se convierten en mecenas del arte y la ciencia.

Surge un pensamiento crítico con las escuelas medievales: fe y razón se separan.

Si el Medioevo tendió a ser aristotélico, el Renacimiento será platónico.

La caída de Bizancio a manos de los turcos propició que muchos sabios trajeran a Italia y al resto de Europa libros antiguos, rescatados de la antigüedad clásica.

Crecen el individualismo y el hombre como valor supremo.

Se consolidan los primeros estados europeos.

Características del arte renacentista

Lo más notable es el regreso al mundo clásico: en las formas y en la búsqueda de la belleza ideal y el equilibrio.

Sin embargo, pervive la influencia de estilos medievales y se da una adaptación a nuevas necesidades urbanas: al servicio tanto de la glesia como de la rica burguesía de comerciantes y banqueros.

Los artistas tienen nombre y apellidos, ya no son artesanos anónimos, sino genios reconocidos que buscan el prestigio social.


Quattrocento

En la primera mitad del siglo XV surge una conciencia de renacer. Los artistas se vuelven fanáticos del arte griego y romano. La burguesía, muy activa en las ciudades, se rige por nuevos ideales: el dinero y el pragmatismo. La teocracia va siendo reemplazada por la plutocracia. 

Esta clase propicia también el nacimiento de una literatura burguesa. La vieja aristocracia se funde con la creciente burguesía. Les gusta ostentar su riqueza a través de sus palacios y las obras de arte. Los artistas, por su parte, aspiran a ascender de clase social.

Florencia es la ciudad destacada en este periodo.

Arquitectura

Florencia reúne un grupo excepcional de artistas humanistas y amantes del mundo clásico.

Brunelleschi

Entre el mundo medieval y clásico, diseña la cúpula de la catedral de Florencia, la capilla Pazzi y otras iglesias en esta ciudad. En la catedral, su desafío es construir una cúpula muy alta y a poco coste. Busca el prestigio y la libertad artística: su programa de construcción se inspira en el clásico. Rechaza la arquitectura medieval y busca la perspectiva geométrica.


Alberti

Busca la perspectiva aérea: los colores se intensifican cuanto menor es la distancia con el ojo. Su arte mezcla el estilo medieval con el nuevo arte renacentista, inspirado en el clásico. El palacio Rucellai, en Florencia, marca el modelo de palazzo renacentista: con estructura medieval y decoración clásica en la fachada. Guarda las proporciones, una geometría cuidada y los tres órdenes clásicos. Su iglesia de Sant Andrea en Mantua imita la forma de un arco de triunfo romano. Alberti inicia la tradición de los edificios modernos.

Michelozzo

Discípulo de Brunelleschi, es autor del Palacio Médici-Ricardi.


Escultura

El precedente son los hermanos Pisano, en los siglos XIII y XIV. Nicolás Pisano fue autor del púlpito del baptisterio de Pisa, muy influido por el relieve romano. Juan Pisano fue autor de otros pulpitos en Pisa y de varias imágenes en Siena: se caracteriza por su realismo y expresionismo propios del gótico final.

La burguesía urbana, mercantil y banquera es la gran mecenas de la escultura: las estatuas pueden formar parte de un edificio como complemento arquitectónico o ser exentas, para decorar patios e interiores. El hallazgo de estatuas clásicas propicia un retorno a los cánones clásicos.


La escultura renacentista del Quattrocento se caracteriza por una mezcla de tendencia medieval y moderna:

-      realismo (medieval),

-      detalles anecdóticos típicos del gótico,

-      equilibrio e idealismo (clásicos),

-      anatomía detallada,

-      desnudos,

-      armonía y equilibrio,-      ruptura de la simetría,

-      retrato: se captan los rasgos psicológicos y se buscan modelos naturales,

-      escultura exenta,

-      uso de materiales ricos, como el mármol y el bronce.


Ghiberti

Orfebre, fue el autor de las puertas de bronce del baptisterio de Florencia: en ellas esculpe un relieve pictórico lleno de esteticismo y detalle, con profundidad y perspectiva. Usa el bajo, medio y alto relieve para conseguir este efecto.

Ghiberti ganó un concurso abierto en 1401 para designar al artista que haría las puertas. Esto denota una gran sensibilidad artística en el ambiente social. El jurado eligió la propuesta de diseño más innovadora y clásica.

Donatello

Aprendió con Ghiberti. Pero este escultor es polifacético: busca expresar el carácter del personaje en los rostros.

Es autor de un David que refleja la armonía y el idealismo del nuevo arte.

Y es autor de El profeta Habacuc, llamado Il Zuccone, y de una Magdalena donde exhibe su faceta realista y expresionista, incluso rompiendo la armonía (para transmitir el carácter apocalíptico y austero del profeta).

Verrocchio

Artista expresivo y con destreza en los rostros, autor de esculturas como el David e il Condottiero Colleone.

Giacomo della Quercia

Monumentalista y solemne, autor de los altorrelieves de San Petronio, en Bolonia.

Luca della Robbia

Trabaja el barro vidriado (cerámica), se caracteriza por la expresión y el movimiento.

Pintura

Los antecedentes son Giotto y los maestros de los siglos XIV y XV.

La gran innovación es el tratamiento del espacio: se descubre el paisaje y se pinta con perspectiva. Esto va acompañado de un cuidado en plasmar los volúmenes y la luz.

Las características de la pintura italiana del Quattrocento son:

-      primacía del dibujo y la línea limpia,

-      perspectiva espacial,

-      simetría y equilibrio,

-      técnica al fresco: colores fríos y figuras marmóreas,

-      composiciones complicadas: varias escenas, paisajes y ciudades, etc.

-      tratamiento de la luz en planos y volúmenes,

-      gusto por los motivos clásicos.

Encontramos pintura religiosa (en las iglesias) y cortesana (palacios, villas), sobre todo frescos al temple y cuadros al óleo.

Los artistas de este periodo son bien reconocidos, buscan el renombre y crean escuela.

Se da una evolución notable del Quattrocento al Quinquecento. En esta segunda etapa destacan artistas como Leonardo, Miguel Ángel y Rafael, así como los pintores de la escuela de Venecia.

Masaccio

El primer innovador, trabaja la perspectiva, la profundidad y el volumen en las formas, como se aprecia en los frescos de Santa Maria Novella (la Trinidad) y en la iglesia del Carmen (El tributo de San Pedro). Dispone los volúmenes en forma de triángulo, guardando la simetría. Incorpora elementos clásicos en los frescos al temple: arcos, bóvedas, capiteles y medallones. Sus colores son fríos y apagados: las figuras humanas son como estatuas, exhibiendo una anatomía bien estudiada. Los personajes revisten una expresión serena y desprenden quietud.

Uccello

Apasionado de la perspectiva, en su cuadro más famoso, La batalla de san Romano, se hace patente su gusto. Resalta los escorzos y el volumen de las figuras sobre un fondo sin profundidad.

Mantegna

Maestro de los volúmenes y la profundidad. Su Cristo muerto es un impresionante escorzo de gran monumentalismo.

Fra Angélico

Pintor religioso e idealista, todavía pertenece al estilo gótico, pero se sirve de los avances renacentistas: pinta con volumen y perspectiva, y añade detalles clásicos a sus frescos luminosos.

Filippo Lippi

Destaca por su humanidad en los personajes.

Botticcelli

Arista en el dibujo, pinta con movimiento y volumen. La decadencia de Florencia se refleja en la melancolía que tiñe sus composiciones. El idealismo platónico queda plasmado en su trazo nítido y ágil. Es autor de obras religiosas, como la Piedad, y de obras mitológicas, como El nacimiento de Venus y La primavera.


Piero della Francesca

Discípulo de Fra Angélico, destaca por la luz.

Il Perugino

Destaca por la composición simétrica y equilibrada, con profundidad bien lograda. Es autor de varios frescos en la Capilla Sixtina (Las llaves de San Pedro). Su sentido del espacio y el orden en las composiciones sería imitado por Rafael.

Los Bellini

En Venecia, la influencia oriental debida al comercio y la influencia florentina, con el clima y entorno de la ciudad (sobre la laguna), dieron lugar a una pintura donde el paisaje y la luz son esenciales. Así se refleja en la obra de Giovanni Bellini, que pinta cuadros de esmerada composición con gran riqueza cromática y luminosa.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El arte en el siglo XIX - 1

 El Iluminismo Es una teoría que se expande por Europa a finales del siglo XVIII. Según esta, la naturaleza es fuente de estímulos y sensaciones a partir de los cuales la mente puede conocerla. Esta teoría da lugar a dos corrientes artísticas: -       El pintoresquismo : la naturaleza es amable y se integra en la sociedad humana. La sensación llega a la mente y provoca un sentimiento. Se priman el color, la luz, las manchas (que provocan la sensación). -       La teoría de lo sublime : la naturaleza es hostil. Se intenta captar una realidad trascendente que no se ve, se intuye. El artista es individualista y rebelde. Ambos movimientos reflejan un conflicto provocado por la revolución industrial y el aumento demográfico: el conflicto individuo-comunidad, hombre-naturaleza, sublime-pintoresco. Las dos corrientes forman parte del movimiento romántico del siglo XIX, al igual que el neoclasicismo y el historicismo arquitectónico. El neoclasicismo Es un movimiento que se opone a su

La pintura del siglo XX - hasta 1945

 Introducción Con el Impresionismo, el siglo XIX superó el realismo pictórico y la objetividad de la pintura. La máquina fotográfica desplazó a la pintura en su cometido de plasmar los momentos más memorables de la historia. Así, los pintores abandonan la objetividad impresionista y se lanzan a pintar bajo una visión muy subjetiva de la realidad. Poco a poco, esta visión dejará de referirse al mundo sensible y aparecerá la pintura no figurativa: la abstracta. Los pintores postimpresionistas fueron los pioneros de las nuevas tendencias pictóricas. La aceptación por parte del público del arte no figurativo o subjetivo fue escasa. Harían falta años para que se reconociese su valor. Por otro lado, los compradores de arte, la alta burguesía, no se sentía atraída por una pintura que a menudo encerraba una crítica social fuerte o una visión angustiada del mundo. La ruptura con la pintura clásica La pintura del siglo XX rompe con los principios de la pintura clásica: luz, color, objeti

El manierismo

Se da en la segunda mitad del siglo XVI en Italia. Es una época marcada por:   La Contrarreforma y la Reforma protestante (guerras de religión asolan Europa).   El auge de la ciencia.   El racionalismo. El arte evoluciona: Ruptura con lo clásico. Expresionismo. Irrealismo. Refinamiento. Elitismo. La arquitectura: Estructuras menos clásicas. Decoración innecesaria (barroquismo). No guarda las proporciones entre las partes y el todo. La escultura: Desproporción Expresionismo Forma serpentinata Movimiento Giambologna y Cellini son buenos ejemplos. La pintura: Desproporción Distorsión Expresividad Inicios del tenebrismo. Florencia: el último Miguel Ángel, Pontormo y Bronzino.   Parma: Correggio, Parmigianino. Venecia: Tintoretto. Bibliografía sobre el arte en el Renacimiento Letts: El Renacimiento, col. Introducción a la Historia del Arte, Universidad de Cambridge, Ed. Gustavo Gili, 1986. Tolnay, Charles: Miguel Angel, escultor, pintor y arquitecto, col. Alianza For